ALGUNOS DATOS HISTORICOS DE LA TELEVISIÓN EDUCATIVA.
Los esfuerzos por hacer televisión educativa nacen principalmente en Europa y Japón, después de la Segunda Guerra Mundial, entre los años 1950-1960. La televisión educativa se pensó, entonces, como herramienta que ayudaría a mejorar la escolarización tras el periodo de la postguerra. Una primera concepción de la televisión educativa, es la relacionada con el tipo de televisión didáctica y escolar. Es decir; educar en televisión, es sinónimo de introducir la escuela formal en la televisión. Luego aparece una segunda definición de televisión educativa y es la originada a partir de la enorme expansión tecnológica.
En México, la secundaria por televisión, hoy llamada Telesecundaria inició sus actividades el 5 de septiembre de 1966, en el edificio de Donceles 100, Distrito Federal. Durante esta fase que duró casi dos años, donde se experimentaron modelos pedagógicos alternativos y su posterior fundación fue en el año de 1967, a iniciativa de Álvaro Gálvez y Fuentes, a partir de entonces el Sistema de Telesecundarias se ha convertido en la opción educativa para los alumnos del medio rural principalmente, aunque en los últimos años su cobertura se ensanchado también en el medio urbano, y ha traspasado fronteras teniendo presencia importante en algunos países de centro y Sudamérica.
Lo cual obliga a conocer los antecedentes de su impulsor y la pregunta obligada es ¿Quién es Álvaro Gálvez y Fuentes también conocido como el Bachiller?
Álvaro Gálvez y Fuentes, Locutor, periodista, abogado y guionista. Nació el 27 de octubre de 1918 en la Ciudad de México y murió en la misma ciudad el 28 de julio de 1975. Emilio Azcárraga Vidaurreta lo bautizó con el seudónimo de El bachiller. Además de ese seudónimo, utilizó el de Octavio Blanco en la redacción de la revista Tiras de Colores. (Diccionario de Seudónimos, Anagramas, iniciales y otros alías. Por María del Carmen Ruiz Castañeda y Sergio Márquez Acevedo. UNAM / Instituto de Investigaciones Bibliográficas. 2000).
Estudió en
De
Su participación más destacada en el cine fue como director de la película Mexicanos al grito de guerra (1943), sobre la que Emilio García Riera comentó: “El periodista y comentarista de radio, Gálvez y Fuentes en su única experiencia como director de cine tuvo buen cuidado de incluir en su cinta un personaje, el del Chicote, que representa el alma popular y que, como tal, mantiene incluso un diálogo con el Presidente Juárez... Pero el Bachiller Gálvez tiene el gusto de la documentación pintoresca, un apego mínimo a la verosimilitud (los extranjeros en virtud, hablan castellano con acento) y ganas de hacer buen uso del lenguaje cinematográfico”. (Cine en TV o nosotros somos las ninfas del bosque de la virtud, que brillaban en las tertulias con aroma de excelsitud. Por Emilio García Riera.
ALGUNOS DATOS HISTORICOS DEL ESTABLECIMIENTO DEL SERVICIO EDUCATIVO DE TELESECUNDARIA EN EL ESTADO DE MICHOACÁN
Esta modalidad de enseñanza surge como una alternativa para llevar la educación a las comunidades marginadas del estado de Michoacán, se autoriza la instalación del servicio en el año de 1981 con la asignación de cincuenta plazas para cincuenta docentes; sucesos ajenos a la Secretaria de Educación en el Estado, impidieron que se concretara el proyecto y fue hasta el año de 1982 cuando se dio apertura al servicio en cincuenta comunidades; siendo Director Nacional de la Unidad de Telesecundaria el Mtro. Leonardo Vargas Machado; como gobernador de Michoacán el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano; como Secretario de Educación Estatal, el Ing. Diódoro Guerra Rodríguez y el primer Jefe del Departamento fue el Licenciado en Filosofía Héctor Jaime Madrigal Madrigal.
El 2 de septiembre de 1982, telesecundaria inicia sus labores en 50 escuelas de 50 comunidades, atendiendo 1277 alumnos con 50 docentes en 45 municipios de los 113 que conforman el estado; hoy día, se atienden 877 escuelas tanto del medio rural como semiurbano del estado, con una asistencia aproximada de 65,000 alumnos en sus tres grados, en escuelas desde 2 hasta escuelas con 10 grupos de alumnos.
La apertura de las escuelas se autoriza mediante un proceso cuya responsabilidad esta a cargo de el Departamento de Microplaneación en el estado; el cual consiste en un estudio de gabinete (revisión de solicitud de apertura, análisis de estadística de niveles: preescolar y primaria de dos o tres ciclos escolares anteriores a la fecha, son doce la cantidad de alumnos que se requiere como mínimo para instalar un servicio educativo de nueva creación ) lo anterior se complementa con un estudio de campo; esto consiste en una visita de personal capacitado al lugar donde se está solicitando el servicio, Posterior a ello, las aulas para trabajar se improvisan en casas particulares, casas ejidales o se construyen techos de lámina y madera ex profeso; los alumnos se sientan sobre tabiques, piedras o donde pueden y el docente no cuenta con pizarrón, silla, ni mesa de trabajo. Tampoco se instala el equipo básico (antena parabólica, decodificador, LNB) para la recepción de la señal televisiva que debe llegar a las escuelas, pues no se cuenta con espacio propio y se necesita gestionar, primeramente, la donación de un terreno para construir la escuela; esto complica más la ya difícil tarea educativa.
Los docentes que atienden a los alumnos en el subsistema; anteriormente eran seleccionados y contratados mediante un proceso, que implicaba aprobación de un examen y contar con perfil de licenciatura en cualquier carrera, actualmente las plazas se les entregan de manera automática a los egresados de la normal de Arteaga, Michoacán, quienes terminan con la licenciatura en telesecundaria posteriormente son preparados con un curso propedéutico sobre la metodología del subsistema; para luego ser contratados y llamados para prestar su servicio donde son necesarios; generalmente a comunidades lejanas y algunas de muy difícil acceso, donde sólo las montañas y valles son testigos de las experiencias de vida de estos actores principales del proceso educativo, llevando ésta a cabo con la responsabilidad que amerita, aplicando el rigor necesario en cada una de las tareas pedagógicas. Dicho en palabras de Vasconcelos, J, (1981) “El eje de la escuela no puede ser otro que la conciencia del maestro”, de esa buena conciencia, la que reflexiona y asume, convoca y ayuda a la transformación.
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